Realmente
un pequeño placer ahora mismo sería el saber cómo voy a empezar esta
redacción, pero sin darme cuenta ya he
escrito un renglón y me dispongo a entrar ya en el tercero. Entiendo como
pequeños placeres aquellas cosas insignificantes pero a la vez tan
imprescindibles que las personas adquieren como cotidianas y necesarias. No se puede vivir sin una dosis de pequeños
placeres, por muy pequeños que sean. Cada persona tiene los suyos.
El
mayor de esos pequeños placeres para mi es ver que hay niños que hacen lo que
yo hacía cuando era pequeña. Los observo embobada mientras se me dibuja
lentamente una sonrisa. Me hacen recordar cuando tenía esa edad, éramos todos
tan inocentes..
Otro
pequeño placer para mí es dormir escuchando llover. Escuchando esas gotas
golpeando contra el cristal de mi ventana e imaginándome el frío que tendría
que hacer afuera mientras que me tapo hasta el cuello y acurruco las piernas.
Jugar
a no pisar las líneas del suelo o solo pisar las del mismo color. Fue mi hobby
durante mis primeros 6 añitos. Recuerdo como mi madre gritaba a lo lejos mi
nombre, desesperada porque caminaba mucho más rápido que ella; normal, solo
podía pisar el color blanco.
Cuando
estaba malita de pequeña, recuerdo que mi madre me trataba de un modo especial.
Era la más mimada del mundo. A veces fingía estar malita para que me preparara
mi comida favorita o simplemente para que me hiciera más caso a mí que a mi
hermano, que como era más pequeño, se llevaba toda la atención.
Nunca
podré vivir sin ese puchero que me hace mi abuela. Su casa entera está
impregnada de ese olor. Cuando es invierno y hace mucho frío llego a su casa y
siempre, no recuerdo ninguna vez que no lo haya hecho, pongo las manos sobre el
plato, para que el calor que desprende el puchero me caliente mis frías manos.
Acto seguido siempre tengo que secármelas, ya que el calor me las impregna de
vapor.
No sé
qué cosa puede dar más alegría que encontrarte dinero en tu propio pantalón.
Realmente te da igual si es tu propio dinero, lo cierto es que eres el más
feliz durante unos minutos. Lo mismo pasa cuando te encuentras dinero por la
calle, y te da exactamente igual hasta si es un céntimo, te agachas con gran
entusiasmo. ¿Quién sabe si ese céntimo te puede servir para algo más tarde?
¿Qué
un bebe te coja el dedo y no lo suelte? Eso no tiene precio. Me pasa a menudo
con mi primo chico, en su cunita, tan precioso como siempre, y tan relajado… le
doy mi dedo índice y con su pequeña mano se apodera de el y no lo suelta hasta
que no se haya quedado completamente dormido. Y esa es otra, ver dormir a un
bebe tampoco tiene precio. No te cansas de mirarlo, con esa carita regordeta,
respirando suavemente, tan limpito, rodeado de muñecos y colores cálidos…
Dibujar en el espejo empañado cuando sales de la ducha
.
Fingir fumar con el vaho de cuando hace frío
PERO REALMENTE ,EL MAYOR, EL MAS ABSOLUTO DE LOS PLACERES ES
LEER ESTA REDACCIÓN, ¿ VERDAD ZAFRA?